martes, 26 de abril de 2016

El arte de no estar solo.

Desde que tengo uso de razón, nunca estuve solo, Estuve en el vientre de mi madre,
Por ende con ella estuve,  En la infancia mis padres siempre trabajaban, nunca estaban en casa,
pero siempre estuve acompañado, mi hermano aunque salia a practicar tenis de mesa, lucha libre y box por las tardes, tampoco estaba solo, en ese departamento de 28 de julio me quedaba y aunque salia y no encontraba a nadie, solo no estaba, en muchas etapas de mi vida siempre me acompañaba la seguridad de vivir, de pronto habían años que me sentía solo y no era mas que la soledad y yo rompiendo nuestra amistad, mi ego me pedía compañía que nunca me hizo falta, por que tal vez se aburrió de este eterna penumbra de ausencia del tacto humano, entonces mi ego busco la compañía del amor, obligado tal vez me infecte del mundo caótico en el que se vive, pero mi inmadurez sentimental guiada por el ego frió me llevaron a cometer errores que no me arrepiento pero cegaron mi autoestima, la verdad es que aunque nunca estuve solo, jamas podía apartarme de las multitudes que me daban ese calor humano, hay amistades que pasan, amores que quedan, personas que te dirán cosas que no te gustan, viceversa, pero no deberás alejarte de ellas, ellas complementan quien eres,
algunos dicen no te juntes con aquel/aquella por que podrían darte mala influencia, y como les enseñamos a ellos a mejorar su vida, a no estar solos, a compartir y enseñarles que es bueno estar con al soledad si la sabes entender, ahora mismo están tan lejos de los que deje atrás, de los que se fueron de este mundo, no dejo cerrada la admisión a mi corazón, a las nuevas amistades, a dar un beso en la mejía de amistad a una o un amigo, un abrazo, cocinar para estas personas nuevas, por que siempre somos nuevos relativamente,  siempre desarrollamos habilidades o defectos que nos reinventamos a unos mismos, lo que no debe cambiar es la capacidad de poder amar, de poder ayudar, de sentir el tacto de los demás, aunque estar solo no esta mal, somos seres que necesitamos de los otros, somos una sabiduría colectiva, siempre abiertos al conocimiento de nosotros mismos y de los demás, así que nunca dejad que la fatiga ciegue nuestro animo, hay gente igual a nosotros y también diferente dispuesta a compartir, la que esta dispuesta a escuchar, la que quiere compartir amor, y su odio también por que no pueden manejar la ellos mismos, ahí estamos nosotros, para apoyarnos a cada uno, Yo nunca estuve solo por que aprendí a llevarme bien con la soledad que es una aliada perfecta en momentos de dureza, pero puede ser tu enemiga si no la respetas, pero algo aprendí en esta vida también, que estando en el vientre de mi madre no conocía a la soledad, no conocía a mi madre, pero nunca estuve solo, por que al final estamos con nosotros mismos, y hasta el día de nuestra muerte debemos acompañarnos para ver el final que es lo único que le da sentido al comienzo.
hasta otra palabra casual.
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